sábado, 10 de septiembre de 2011

Luces de colores.


 Luces de colores.

La música alta. Los discos grabados. Quemando el tiempo.

Nadie escribió las metáforas. Nadie insinuó nada. El tiempo es dueño de los gritos del corazón.

Nadie esta especializado en las “máscaras”. Solo evitamos hacer daño a la gente que queremos. El amor no es lanzar una moneda al aire, no se quiere a esa persona al azar. Todo ocurre por un motivo.





Las personas no cambian con el tiempo. Se muestran tal y como son.

Todo el mundo puede dar el 100%. Toda la gente puede cambiar gracias a que escuchan a su conciencia. Nadie te a sobre valorado, nadie esperaba más de ti. Nos tenías acostumbrados a las decepciones. Te mostraste tal y como eres.

Disparaste las balas con tu nombre grabado. Pero yo tampoco soy de hierro, solo me oxidaba con tus jarros de agua fría.





Y claro que puedes vivir la vida, que puedes no tener límites. Pero por cada acto que haces, un barco se hunde en el mar.

Son “daños colaterales”.

Creo que soy demasiado sincero, que estas palabras pueden dañar. No creo. Como tu dices no te hacen daño. Pero aparentas que no te dañan, que eres de acero, que eres de titanio. Nadie sabes lo que piensas, pero no eres tan fuerte como nos quieres hacer ver.

Nadie te quita los remordimientos, nadie te quita la conciencia (que dudo que tengas).

En la vida hay dos versiones, hay dos historias. Yo cuento mi verdad, mí día a día. No me escondo bajo una máscara. ¿Y si eres tú?

No importa las palabras, lo importante es quien te mira a los ojos cuando salen de su boca.

Lo has olvidado, la vida crece entre los matices, se esconden siempre en lo que no dices, para hacerse de rogar. Y un día claro, aquellas cosas que no viviste, vuelven hoy para decirte, que no lo valoraste.

La vida se tiene que cuidar y mimar así, con pequeños matices que hacen que cambien el día a día y el mundo. Pero tienes que darte prisa, el tiempo corre y pronto el duro invierno llegará y congelará tus labios agrietados.






El frío te mostrará la dura realidad. No servirán las sudaderas de “universitas”. El karma espera hambriento y deseoso de poner a cada uno en su lugar.

Y esta es mi vida, con mis propias palabras supongo.

Puede que pienses que lo que escribo lo haga con rencor o con maldad. Nada de eso. Cada impregnación de tinta en este folio sale de mi corazón. Cada acento es una saliva de mi boca.
Todo resulta más fácil desde aquí, sentado en esta silla verde pistacho, frente a una pantalla de ordenador.

Yo siempre doy la cara, siempre tengo esa sonrisa o como tu dices esa máscara. Pero una sonrisa falsa se puede convertir en una sonrisa de felicidad. Unas palabras dañinas te pueden enseñar a ir con cautela.

Escribiste en tus cuadernos rotos, en tus folios llenos de lágrimas tus verdades. Ahora pienso que me toca a mí. En este folio, en esta partitura de la narración. Escribo mi verdad, mis sentimientos. Mi dolor.

Carezco de orgullo. Carezco de rencor (aunque por lo que he escrito parezca que no). Carezco de chulería. Pensarás que sin tener estos rasgos no llegaré a nada.

Te equivocas. Tengo humildad, tengo sinceridad pero de una cosa me siento orgulloso y es que perdono pero tampoco puedo olvidar.

Pero algo tengo claro. Mi sonrisa y mi libertad no me la quitará nadie. Y me puedes herir, herir hasta morir pero seguiré levantando la bandera.

Ahora te toca lanzar a ti.









1 comentario:

  1. Hola alex soy carmen tenía que decirte que mi silla también es de color verde pistacho :O cuántas cosas tenemos e común!

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