No tengo esa magia que me rodeaba. No consigo sentirme cómodo escribiendo. Las palabras fluían como el agua en mi mente. Y se deslizaba hasta mis manos. No tengo palabras que decir, se vacío mi inspiración.
Con la música alta, los niños bailan bajo la lluvia y nunca dejan de sentir felicidad. Quizás todo se tambalea entre dos trapecistas. Pero ahora parece que todo va bien. Una luz, es una estrella y una persona, es un mundo. En la cima de mi mundo, solo una mariposa se mece entre mis manos.
Quizás esto sea un punto de inflexión.
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