Cuando fuimos niños mirábamos nuestros problemas de otra
manera. No nos parábamos a pensar en las
consecuencias de aquellos tropiezos… simplemente los dejábamos pasar. El tiempo
es el dueño de esos tropiezos y él se encargaría de ello. Ahora ya hemos crecido,
nos hemos hecho mayores y no es tan fácil dejar de lado aquellas cosas que te
preocupan pero que en el fondo no son nada. No existe ningún pegamento de barra
y nuestra vida no está escrita con lápiz, por eso es difícil de borrar todos
tus errores. Existe una goma de borrar mágica y que todo el mundo la tiene pero
que poca gente sabe el valor que puede llegar a alcanzar. La sonrisa… creo que
eso es una verdadera alma. Porque las heridas duelen menos si estás dispuesto a
cambiar algo en tu vida. Porque duele mas unas palabras escritas en un folio
que cualquier arma fabricada por el hombre. Pero la sonrisa ha sido algo que
hemos perdido con las primaveras. El mundo es demasiado complejo para nosotros
o a veces aparente serlo. No tenemos ningún plan y ni si quiera menos un camino
sin obstáculos. Si no los hubiera sería demasiado aburrido y demasiado
perfecto. Y aunque no tengamos ese plan podemos fabricar uno y hacerlo perfecto
para nosotros. Porque nuestro destino todavía no tiene guion definido. Sencillamente
lo escribimos nosotros… y nos podemos equivocar… Podemos torcernos en una
línea, o podemos tachar el pasado pero eso siempre seguirá escrito aunque pasen
los años. Y aunque la sonrisa no lo borré… siempre será nuestra fiel compañera.
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