La cama parece más cálida ahora. Mis sueños son en color y
que las ganas de vivir invaden mi almohada. Se esfumó todo lo bueno, pero
empieza lo mejor. Y solo yo, yo mismo tumbado en este atardecer de nubes y
deseos. Pondré todo sobre el fuego, para ser un poco más valiente y mirar con
otros ojos a este sin fin de risas. Por que todo sucede por algún motivo que no
podemos controlar, el destino es demasiado caprichoso. Gracias a ti he empezado
algo nuevo, gracias a ti por fin pienso en mí y dejo de llorar delante del
espejo. Por que ahora hago las cosas que quiero, que la cama sigue vacía de
sentimientos para que alguien pueda llenarla de sus besos y sonrisas. En el
fondo, muy en el fondo… esos susurros me hacen más fuerte. Mi corazón ha
recorrido demasiados kilómetros, demasiadas carreteras y muchas cicatrices.
Claro que se rompe, claro que sangra y claro que sufre por alguien pero no
significa que se pare. Pero a veces deliro y mi corazón conmigo. Por eso
llegado a este punto y aparte, a este paréntesis mejor dejad estas tonterías.
Guardarlas en un baúl lleno de polvo.
Y ahora espero que el ángel baje para poder abrazarme en
esas noches de monstruos y brujas, y poder detener el tiempo con sus manos.
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